Cuando tenemos hijos pequeños es fundamental estar preparados para enfrentar una emergencia.

El ahogamiento es un riesgo latente en esta época del año, ya que bañarse en una piscina es una actividad frecuente al igual que los accidentes, que en esta situación son rápidos y silenciosos; además, los niños más pequeños pueden ahogarse en apenas 6 cm de agua. 

Lo primero es la prevención.

  • Los niños deben estar siempre bajo la supervisión de un adulto y no encargarlos a un niño o a un adolescente, porque pueden distraerse con facilidad.

  • Se debe poner una reja alrededor de la piscina, que sea imposible de escalar,  sin espacio por debajo ni entre barrotes, y que la cerradura esté fuera del alcance de los niños.

  • Se debe pensar siempre en los niños y asegurarse que las piscinas y playas que visiten tengan vigilancia de salvavidas.
  • Enseñarles técnicas de seguridad básicas en el agua, como por ejemplo: flotar.

Aunque se tome todas las medidas de seguridad y prevención. Es fundamental estar preparado para una emergencia y seguir el siguiente protocolo:

  1. Sacar al niño lo más rápido posible del agua.
  2. Si está consciente y respira, hay que acostarlo de lado, ya que así se favorece la salida del agua a través de la tos o vómitos, y se evita que el líquido obstruya de nuevo las vías respiratorias.
  3. Si el niño no respira, hay que hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica.

  4. Si estamos solos frente a una asfixia por inmersión en niños, se debe realizar RCP por 2 minutos y activar los servicios de emergencia (ambulancia). en caso de ser más personas, uno solicita el equipo de rescate mientras la otra persona realiza la reanimación.

  5. Procurar que el niño no se enfríe. Hay que sacarle la ropa mojada, secarlo y taparlo con lo que tengas a mano.