El verano está a la vuelta de la esquina y debemos comenzar a tomar las precauciones necesarias para evitar accidentes que involucren a nuestros hijos.

La asfixia por inmersión o ahogamiento es un riesgo latente en esta temporada, un accidente rápido y silencioso que es posible evitar, tomando los resguardos necesarios.

¿Qué normas debemos tener en cuenta para prevenir?

Los niños deben estar siempre bajo la supervisión de un adulto (Mayores de 18 años).

Alrededor de la piscina poner una reja con al menos 1, 2 metros de altura, debe ser imposible de escalar, además de poseer la cerradura fuera del alcance de los niños.

Disponer de dispositivos de rescate a mano, como salvavidas y teléfono para emergencias.
Educar a los niños con técnicas de seguridad básicas en el agua, como flotar.

¿Qué hacer en caso de accidente?

Sacar al niño lo más rápido posible del agua.

Si está consciente y respira, se debe acostar de lado, de esta forma se favorece la salida del agua a través de la tos o vómitos, evitando que el líquido obstruya de nuevo las vías respiratorias.

Si el niño no respira, hay que hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica.

Si te encuentras solo, primero debes iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP) básica, pedir ayuda y llamar lo antes posible a los servicios de emergencias. Debes continuar con la RCP hasta que llegue el equipo de rescate. Si reacciona, colocar en posición de seguridad.

El niño no debe enfriarse. Hay que sacarle la ropa mojada, secarlo y taparlo con lo que tengas a mano.

Ten en cuenta nuestras recomendaciones y evita accidentes.
Si necesitas una capacitación en tu hogar o lugar de trabajo contáctate con nosotros.